Una cabaña con vistas al tejado de Europa, el Mont Blanc, es el lugar ideal para pasar una noche muy especial. Entre cielo y tierra, a varios metros del suelo.
Pensado para aquellos que buscan un fin de semana en plena naturaleza lejos de ruidos y rutinas, una vuelta a lo esencial y redescubrir placeres como despertarse con el canto de los pájaros.

Las cabañas de estilo saboyardo son de madera con calefacción, baño y spa. Están aisladas unas de otras y tienen una capacidad de dos a cinco personas. Son un ejemplo de elegante sobriedad.

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