Hemos seleccionado para vosotros cinco restaurantes míticos de París que han sido testigos de la historia de Francia. En ellos tuvieron lugar hechos, tertulias y reuniones que cambiaron la trayectoria de la historia francesa y también la de su sociedad.
La vida intelectual de París es parte de su magia. Todos hemos visto alguna vez fotos en blanco y negro de Sartre y Simone de Beauvoir tomando café en alguna terraza de Saint-Germain-des-Prés o de los miembros de la “Generación perdida” arreglando el mundo en alguna brasserie de la rive gauche.
¿Qué ha sido de aquellos restaurantes parisinos en los que escritores e intelectuales hacían sus tertulias?
Le Procope
Situado en Saint Germain des Prés este restaurante fundado en 1686 por un siciliano y es uno de los restaurantes más antiguos de París. Fue centro de reunión de filósofos como Diderot, Rousseau y Voltaire e incluso Benjamin Franklin. Este restaurante fue el escenario en el que se redactó la Gran Enciclopedia y también la Constitución americana.
Fue lugar de reunión de políticos como Dantón, Marat y Robespierre. Este restaurante puede presumir de ser el primer lugar en el que se llevó un Bonnet phrygien el gorro de la Revolución Francesa
Procope también llamó la atención de escritores y poetas como La Fontaine, Balzac, Victor Hugo, Paul Verlaine y Georges Sand.
Fiel a su tradición literaria el restaurante lanzó un premio literario en 2011 “Prix Procope des Lumières”.
Actualmente, Le Procope sirve comida tradicional francesa en servicio continuo y tiene menús asequibles. El entorno merece la pena, la decoración es otro de sus encantos: extractos de decretos o las cartas de Corneille a Colbert Un plus: Tienen carta en español…
Lapérouse
Este restaurante fundado en 1766 por Lefèvre fue conocido por su excelente cocina y la calidad de su bodega.
El edificio era un hotel particular y en la segunda planta tenía habitaciones privadas. La criminalidad era muy importante en aquella época y todas las transacciones se hacían en efectivo. Lefèvre tuvo la idea de proponer a sus clientes las habitaciones privadas para que pudieran hacer sus cuentas de manera discreta… así nacieron los célebres reservados de Lapérouse.
A lo largo de la historia, estos salones también han sido testigos de reuniones de hombres políticos y también de citas secretas. Entre las muchas anécdotas que circulan sobre Lapérouse está la costumbre de las “cocottes” de firmar en los espejos con los diamantes que les habían regalado los caballeros que las acompañaban. La firma servía para comprobar que se trataba de diamantes auténticos.
Este restaurante era frecuentado por Zola, Guy de Maupassant, Alexandre Dumas, Victor Hugo, Flaubert.
Traspasar la puerta de Lapérouse es hacer un viaje al siglo XVIII, todos los detalles decorativos han sido mantenidos para preservar el ambiente. Las vistas sobre el Sena son extraordinarias y un agradable ambiente de calma permite a los clientes disfrutar de las delicias de su cocina.
No es un restaurante barato pero tampoco inaccesible y la visita merece la pena.
Brasserie Lipp
Esta brasserie fue inaugurada en 1880 por el alsaciano Leonard Lipp y su mujer. En 1920 era visitada por Verlaine y Apollinaire. También era muy apreciada por Hemingway, Gide, Malraux, Proust, Saint-Exupéry, Sartre y Camus.
En 1965 esta brasserie fue testigo de un escándalo político que tuvo gran incidencia en las relaciones de Marruecos y Francia. El secuestro del opositor al rey Hassan II, Mehdi Ben Barka, el secuestro se llevó a cabo por los servicios secretos marroquíes con alguna colaboración local. Mehdi Ben Barka desapareció después del secuestro.
La brasserie Lipp sigue siendo un clásico de Saint Germain, su cocina francesa tradicional es muy apreciada, En especial su Pot au Feu. El precio del menú oscila entre los 40 y 60 euros.
Moulin de la Galette
El Moulin de la Galette es el único molino de viento antiguo que sobrevive en Montmartre. Fue construido en 1.622 y dedicado a moler harina. Los propietarios del Moulin de la Galette protagonizaron la resistencia de Montmartre al asedio de la armada imperial rusa en 1814.
En 1870 el molino fue transformado por su propietario en una Guinguette, un merendero en el que se tomaban galettes (Crêpes), los domingos había también baile. Es en esta época cuando alcanza su mayor popularidad, convirtiéndose en lugar de reunión de pintores impresionistas como Van Gogh, Toulouse Lautrec, Renoir, Utrillo, Picasso… Pero también Zola solía refugiarse en él para huir de la vida social parisina.
Los impresionistas inmortalizaron este molino en múltiples ocasiones, el más conocido es el de Renoir El baile del Moulin de la Galette.
Hoy en día es un restaurante italiano en el que puedes degustar un menú completo por unos 50€.
Restaurant Polidor
Este restaurante, que habrás visto en la película Midnight in Paris, mantiene la misma decoración que hace 100 años… Este restaurante fue la sede de las reuniones de la Asociación Amigos de Verlaine a finales del siglo XIX. Posteriormente, supo reunir en los años 1950 a los intelectuales que vivían en París y que crearon el Colegio de Patafísica La patafísica definida por ellos mismos era la ciencia de las soluciones imaginarias. A esta ilustre escuela pertenecieron, entre otros, Boris Vian, Eugène Ionesco, René Clair, Jacques Prévert, Max Ernst, Paul-Emile Victor, Jean Ferry, Noël Arnaud, Jean Raspail…
Hoy en día es un restaurante universitario en el que se sirven las mismas especialidades que comían los grandes escritores como Verlaine, Rimbaud, Hemingway, Ionesco, Artaud, James Joyce y Henry Miller
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